Fabricio Oberto con la camiseta de Atenas - 1998 |
El mandamás del equipo más ganador de la Liga Nacional expresó: “Se cae de maduro que vamos a intentar que Fabricio juegue acá, en su casa. Con él hablo todos los días mate de por medio. Quiero una reunión ni bien pise Córdoba para arrimarle nuestros números”.
Si bien el deseo de Atenas irá un poquito más allá al ofrecerle un contrato al pivot de Las Varillas, la realidad indica que la chances de que Fabricio juegue en Córdoba, son lejanas: “Sabemos que, si le dan el alta médica, el deseo de él es seguir en la NBA. Pero a los hinchas de Atenas nadie nos puede quitar la ilusión”, sintetizó Lábaque.
¿Cómo haría el club para pagarle un sueldo tan elevado? La presencia de Fabricio en el rectángulo se paga sola. Tenemos muchísimos sponsors que están dispuestos a colaborar con el club. Con él en cancha, Atenas se jerarquiza aún más.
En la previa al viaje de Oberto hacia Estados Unidos, Lábaque habló y mucho con su “sobrino” deportivo, como él lo denomina. En las charlas, el básquet era tema de conversación obligado y en el fondo -según dijeron desde el círculo íntimo del ex campeón olímpico-, “Fabricio nunca pudo digerir su retiro”.
Posterior a su retiro, los días de Oberto se repartieron entre la música y la radio, dos de sus hobbies: condujo por unos minutos un programa en radio Cadena 3; y hasta rasgueó con su guitarra un tema de Pappo en la Rock and Pop cordobesa. Además, le abrió un local de alta costura a su esposa, Lorena, en un coqueto paseo del Barrio Jardín Espinoza.
Al cierre de esta edición, el presidente de Atenas aún aguardaba novedades sobre la llegada del ex campeón de la NBA a esta provincia. Según averiguó este diario, Oberto no tendría “urgencia” en conseguir un club para competir.
Con el certificado médico en condiciones, Felipe Lábaque tiene a su favor que, de jugar en nuestro país, Fabricio sólo aceptaría una oferta del club de sus amores.
El presidente del club concluyó la entrevista telefónica haciendo público un pensamiento muy íntimo: “Te juro que siempre repito para mí: ¡Dejate de joder, Fabri!, venite para acá y jugá en Atenas hasta que empiece el Preolímpico”, disparó. Un deseo que -por estas horas- se repite con mucha fuerza en toda una provincia.
Clarín
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