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martes, 28 de diciembre de 2010

"Sería un sueño jugar el Preolímpico"

Oberto, retirado desde hace dos meses por problemas cardíacos, admite que se realiza nuevos estudios para saber si puede saldar “una cuenta pendiente” en Mardel.

Cuando hace poco menos de dos meses anunció su retiro del básquet, luego de sentir palpitaciones y, sobre todo, miedo a lo peor, en un partido de la NBA, a Fabricio Oberto se lo escuchó tranquilo y seguro de su determinación, pese a tener que dejar la mejor liga del mundo. Poco tiempo después, en nota con Olé , aseguró no extrañar el básquet y contó sus nuevos proyectos, como el de la bodega en Tinogasta. Pero algo cambió en estas semanas. Y sí, “el bichito me picó”, cuenta hoy. Pero no cualquier bichito. “No extraño la competencia. Ni tampoco jugar en la NBA o volver a la Liga. Me pica la Selección, siento que me quedó algo pendiente”, le explica a este diario.

¿Algo pendiente? Cuatro mundiales, dos medallas olímpicas y 15 años gloriosos con la celeste y blanca parecen no alcanzarles al cordobés. Recorrer el museo que construyó en Villa Carlos Paz (ver página 32) no lo ayuda.... “La verdad que no, porque revivo cada momento. Y pasar por el sector del seleccionado me mata. No puedo terminar de ver los videos porque me emociono”, admite.

Todo esto le despertó una ilusión. “Por mi cabeza me da vueltas jugar el Preolímpico, sería un sueño... Por ahora es sólo eso, un deseo, porque para hacerlo debo estar seguro de que no me pasará nada. Tiene que ser algo sin riesgos, por eso me estoy haciendo todo tipo de exámenes y visitando especialistas, de acá y de Estados Unidos, para tomar una decisión en un tiempo”, reconoce el pivote de 2m07, quien descansará 15 días en Punta del Este y luego, seguramente para los primeros días de febrero, tomará una determinación sobre el torneo que se disputará en Mar del Plata (hay dos plazas para Londres 2012), del 25 de agosto al 5 de septiembre del 2011.

Por ahora la incertidumbre no lo deja avanzar. “Hablé con el médico (Andrea Natale) que me operó en Austin (Texas) y me dice que las arritmias siguen sucediendo pero con poca frecuencia, por lo que no es necesaria otra intervención (ablación)... Hoy (por ayer) debo volver a hablar para ver si viajo o le mando más exámenes. En Buenos Aires, Diego Grippo contactó cardiólogos y me dijo que por ahora no haga más nada... Ambas partes son optimistas para hacer una vida normal: salir a correr, ir al gimnasio, jugar un picado... Pero todavía faltan más exámenes e interconsultas para poder saber si podré volver al alto rendimiento”, informa este cordobés de 35 años.

-¿Hoy cómo ves el sueño?

-Hoy lo pienso, pero sé que es difícil y no me hago tanta ilusión. Yo quiero jugar pero sin ningún riesgo. No deseo volver a vivir lo que me hizo retirar ni volverme loco por esto. Si puedo, lo juego. Y si no, sigo mi vida de una forma normal.

-¿Qué extrañás?

-Muchas veces me pica el bichito. Es que tinta todavía tengo (se ríe)... No es que no puedo jugar más. En estas semanas disfruté de mi familia como nunca, pero hay veces que me levanto y siento ese vacío. Es como que el cuerpo no está completo. O cuando termino de hacer todo lo personal del día y me pregunto: “¿Esto fue todo? ¿No hay nada más?”. Extraño lo que hice durante 18 años para entrar preparado a una cancha. Noto que lo llevo en la sangre.

-¿Qué te dice la gente?

-Es increíble lo de la gente, lo que me dice... En Córdoba me piden que vuelva a Atenas, que juegue aunque sea 15 minutos...

-¿Y qué le decís?

-Que por el momento apagué los motores. La gente sabe que lo de la salud es muy fuerte, y entiende. Por lo pronto sólo pienso en decidir qué haré.
-Imagino que la gente también te pide estar en Mardel y sé que Germán Vaccaro, presidente de la CABB, se reunió con vos para pedirte que estés allí como fuese.

-Sí, con Germán tengo una gran relación y me junté hace unas semanas en Córdoba. Quiere que esté en ese torneo para aportar mi experiencia en el grupo, ya sea con los pantalones cortos o los largos.

-¿Y qué le respondiste?

-Que ojalá sea con los cortos. Serían dos meses metido y concentrado en ese objetivo, el Preolímpico. Tal vez lo pueda manejar y pueda concretar el sueño.
La ilusión está en marcha. El corazón, el que tanto lo complica, es el que más late por este sueño.
 
Olé

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