El trío estelar de Miami Heat carburó como en sus mejores tiempos: bajo el liderazgo de Dwyane Wade (14/25 en tiros, 32 puntos, seis rebotes, cuatro asistencias) y LeBron James (33 puntos, con 15/25 en tiros y 11 rebotes), los Heat arrancan una victoria crucial en San Antonio: el resultado de 93-109 vale el 2-2 en la final de la NBA y, técnicamente, devuelve a Miami la ventaja del campo. El quinto partido, último en San Antonio, se jugará el domingo. Ahora queda garantizado que la serie concluya la próxima semana… ya de vuelta en Miami.
El tercer hombre del ‘Big Three’ de Miami, Chris Bosh, agregó 20 puntos y 13 rebotes, con varias canastas cruciales al final del primer tiempo y durante el acelerón definitivo de Miami en el último cuarto, entre los minutos 39 y 43.
La historia del partido se resume en la determinación y sentido de agresión que tuvieron las grandes figuras de Miami, absolutamente entre la espada y la pared. Un tercer triunfo de los Spurs hubiese firmado el 3-1 y habría acorralado a los Heat hasta límites casi insoportables, de cara al quinto partido del domingo, aún en San Antonio. Miami sorprendió con la titularidad de Mike Miller (cero puntos al fin, 0/1 en tiros)) en lugar de Udonis Haslem. Pero, con Tony Parker listo para jugar pese a su pinchazo muscular del tercer partido, los Spurs escaparon de salida hasta el 15-5 del minuto cinco, tras el que sería único triple de Kawhi Leonard (12 puntos, siete rebotes). Ahí ya se venteó que LeBron y Wade no iban a permitir esta vez una escapada de los Spurs como en el tercer partido. Por la cota del minuto nueve ya se cruzó con 19-19, entre estampidas furiosas de LeBron de costa a costa y canasta a canasta... y a pesar de Leonard.
La defensa de Miami se cebaba en Splitter, que emite señales de alarmante incompetencia y no da la impresión de estar para estos trotes: cuatro puntos, con 0/3 en tiros, tres rebotes… y de nuevo, dos clamorosos tapones recibidos. Miami ya enseñaba la matrícula al final del primer cuarto: 26-29… y parecía poner tierra de por medio con 31-41, a 6:56 del descanso. Siete improbables puntos de Boris Diaw y las galopadas de Parker (15 puntos y seis asistencias en el primer tiempo) consiguieron que los Spurs recuperaran la igualdad en el intermedio: 49-49, con 15 puntos para LeBron y 14 para Wade en el ecuador del partido. Parker ya no lograría un punto más en toda la segunda parte. Acabó con 7/16 en tiros… y en una de sus entradas en reverso (‘spin moves’), Tony también se llevó un monumental tapón, facturado por Chris Bosh. Danny Green y Gary Neal, los tiradores de larga distancia que tanto produjeron para los Spurs en el tercer turno, se quedaron en diez y 13 puntos, respectivamente, con 3/5 en triples para Green y 3/4 para Neal.
Los Spurs no perdieron la pista en el tercer cuarto (73-76, minuto 35, tras triple de Gary Neal…76-79) que se cerró con 76-81 después de la enésima feroz penetración de ‘King James’ sobre la zona de San Antonio, donde Gregg Popovich terminó hartándose del inútil Splitter (completamente dominado por Chris Bosh)… a cambio de perder centímetros y presencia física. Con el 83-90 del minuto 39, los Spurs seguían a remolque, aunque aún a distancia de golpeo: ‘striking distance’. Pero ahí, entre los minutos 39 y 44, un parcial de 4-12 para Miami rompió definitivamente el partido para sellar el 87-102 con seis puntos de Bosh, cuatro de Wade y dos de James. Enfrente, sólo Tim Duncan (20 puntos con 6/10 en tiros, cinco rebotes) ofrecía alguna respuesta en los Spurs. Tres de los cinco puntos de Ginóbili (1/5 en tiros) aún condujeron a los Spurs hasta 90-102, a 2:27 del desenlace, pero ahí surgió LeBron ‘King’ James, tal como había prometido, para zanjar la cuestión con una oleada final de siete puntos (incluido su único triple) y clausurar la noche del AT&T Center ante 18.581 decepcionados espectadores.
En puridad, LeBron James anotó los nueve últimos puntos para Miami, que acertó el 52,9% de sus lanzamientos de campo (Spurs, 44,3%), y mandó por 36-41 en la cuenta de rebotes, con 13 para Bosh más los 11 del desencadenado LeBron. Los Heat sólo lanzaron 17 tiros libres, por 31 de los Spurs… pero colocaron siete tapones (Bosh y LeBron, dos cada uno)… y sólo perdieron nueve balones: la mitad exacta de los 18 que entregaron los Spurs. “Ahora se abre una serie a tres partidos con dos grandes equipos. Sólo queremos seguir jugando bien… pero ya sabemos que la serie va a terminar en nuestra pista, en Miami”, resumió Wade, tras quizá su mejor noche en todos los playoffs de 2013. Ahora ese quinto partido, el domingo en el AT&T Center, marca, inexorablemente, el final de la temporada en San Antonio… y es la penúltima esperanza para los ‘grandes ancianos’ de los Spurs.
as.com
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