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sábado, 10 de septiembre de 2011

Preolimpico : La generación dorada nos dió una nueva alegría

El esfuerzo, la angustia, la emoción, un sin fin de sentimientos se entrelazaron en un final increíble, que desbordó en festejos el Polideportivo tras el incómodo triunfo de la Argentina sobre Puerto Rico, por 81 a 79 que valió en ansiado pasaje a Londres 2012. Por primera vez en la historia del básquetbol de nuestro país, la celeste y blanca suma su tercer clasificación consecutiva para un Juego Olímpico. Sólo ellos, los de la bendita Generación Dorada pudieron hacerlo. Y ayer fue en nuestra tierra para que la gente viviera una fiesta que difícilmente se olvidará por lo luchada y emocionante. Un forzado pero sensacional triunfo que motivó que la piña de cuerpor argentinos celebrara con el píblico una histórica conquista y esperar el choque de Brasil, hoy, a las 21.15, por el título Premundial 

El comienzo de Luis Scola fue incandescente, embocó todo lo que tiró durante el primer cuarto (29 a 24), generalmente desde 5 metros y sobre el fondo de la cancha; fue la principal arma de la Argentina en ese período, (8 de 8 en dobles y 16 unidades) en el que llegó a ganar por 10 tantos (29 a 19), cuando entraron dos triples consecutivos. Pero los boricuas estuvieron muy enfocados y montaron una buena estrategia, utilizando el pick and roll o las cortinas directas de los pivotes para liberar a los endiablados bases NBA José Barea, autor de 12 tantos, y Carlos Arroyo. 

Aunque la defensa local lució concentrada e intensa, muchas veces se descolocó y desequilibró ante el dribling incontenible de los conductores rivales. Una peligro que creció en el arranque del segundo cuarto cuando la visita estableció un 8 a 0 favorable y emparejó el tanteador. La situación para la Generación Dorada se complicó un poco más cuando enfrente tuvo una zona 2-3 y empezó a costarle mucho llegar a convertir. Sin Scola en 8 minutos de esa etapa, con Cahpu Nocioni sin poder atreverse a nada porque el tobillo lo tuvo contenido y con Manu Ginóbili constantemente doblado en la marca, las soluciones no aparecieron. Por eso, en los últimos 5 minutos la Argentina sólo convirtió una doble. 

Ni siquiera la salida por dos faltas del gigante Daniel Santiago, al promediar el primer cuarto favoreció demasiado a la Argentina, que aunque hizo circular correctamente el balón, empezó a perder confianza en la medida que los puertorriqueños se escaparon en el tanteador hasta irse al descanso con una victoria parcial de 44 a 40.

El equipo de Julio Lamas regresó del vestuario con determinación y un gran sacrificio para defender. El publicó sintió esa energía y en la medida que empezó a emparejarse el resultado (parcial de 8-0 para igualar en 48) el Polideportivo se conmovió, se convirtió en una constante expresión de júbilo y aliento, mientras los mismos integrantes del banco pedía más y más griitos y cánticos.

Ese lapso fue un concierto de triples, Barea, Arroyo y Holland por Puerto Rico, Ginóbili (3) y Prigioni (2) por los nuestro. Lo que provocó muchísima emoción, especialmente cuando llegó el final con un parcial favorable por 66 a 60. A puro corazón, con toda la garra 

Otros dos triples, casi a la carrera, de Ginóbili pusieron rápidamente la ventaja en una máxima de 11 puntos (77-66), a los 3m del último cuarto, pero empezó a complicar Santiago bajo el cesto, convirtiendo, sacando faltas y tomando rebotes, lo que emparejó el resultado (77-75) y le puso mucho nerviosismo al final. También vinieron la imprecisiones de ambos lados, lógicas, claro, por enorme tensión y lo mucho que estaba en juego. Así se llegó a un final infartante, para cualquiera..Prigioni erró un libre a 6 segundo del epílogo (81-79) y en la reposición Barea falló el triple que desató la locura, el delirio.

Cancha Llena

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