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viernes, 17 de mayo de 2013

Perfil : Con ustedes Nicolás Casalánguida, un técnico campeón


Indudablemente uno de los actores principales de la obtención de la Liga Nacional de Básquetbol de Regatas Corrientes es el técnico Nicolás Casalánguida. Un entrenador que vivió y se preparó para esto. Su perfil en la pluma de Joaquín Zurletti.



Nada es casualidad en el momento profesional que atraviesa hoy a los 34 años. Desde sus primeros años como entrenador no sólo mostró que tenía chapa para esto, sino que siempre expuso una ambición por mejorar y capacitarse. Para aprender no se conformó con las herramientas que la daba su universidad o su lugar trabajo, siempre fue por más. Obviamente que no sólo es un trabajador, es un apasionado de esto que se formó para vivir esta actualidad y que por su apetito profesional seguramente irá por más.

Claramente hablamos de Nicolás Casalánguida, el conductor de este Regatas Corrientes campeón de la Liga Nacional de Básquetbol 2012/13. Este entrenador tuvo un vertiginoso ascenso en su carrera y comenzó a trabajar en las grandes ligas desde muy  joven, sin embargo nada le cayó de arriba, todo fue ganado con trabajo.

Mientras estudiaba Educación Física en Córdoba y quemaba sus últimos cartuchos como jugador (era un base muy fantasioso y tal vez no tenga lugar en sus equipos) en los torneos locales de “La Docta” vistiendo las camisetas de Barrio Parque o Maipú, Casalánguida tuvo su primer equipo a cargo. Con unos precoces 20 años comenzó a dirigir el equipo femenino del Club Rieles y dio inicio a su trayectoria como entrenador.

Luego tomaría las Formativas de Maipú (su casa en Córdoba) y tras unos años como asistente de Martín López en la Primera de dicho club tomó una decisión vital en su carrera. En el 2003 puso fin a su etapa en la provincia mediterránea y volvió a su Comodoro natal para sumarse al equipo de trabajo de Enrique Tolcachier en su Gimnasia y Esgrima.  

En el Verde también se tuvo que hacer desde abajo, y se inicio como profesor de los equipos “B” de las inferiores y haciéndose cargo de los chicos de iniciación. Igualmente en paralelo a sus responsabilidades y cargos, él continúo su capacitación colaborando permanentemente con el cuerpo técnico de Liga Nacional y emprendiendo el primero de los varios viajes a Europa para capacitarse y presenciar el trabajo de reconocidos entrenadores.
Con el correr de los años, “Nico” fue escalando dentro de sus funciones dentro de Gimnasia, pero ni cuando pasó a integrar el cuerpo técnico de Liga con Fernando Duró dejó de invertir su tiempo (llámese vacaciones) y dinero (llámese sueldos) en viajar para continuar sus capacitaciones.

Vivía con tanta dedicación y amor por lo que hacía que en algunos viajes de la Liga Patagónica mientras dormía se lo ha llegado a escuchar murmurar muchos términos bien de esto como step, push o rojo.

Duró fue sin lugar a dudas el entrenador que más influyó en su carrera. Fernando no se sintió amenazado por un joven con una capacidad y predisposición al trabajo asombrosa, sino que como gran profesional supo aprovecharlo y delegando más responsabilidades que fueron terminando de moldear a Casalánguida como un entrenador de Liga “A”.

Cuando Duró dio fin a su exitoso ciclo en el sur, los dirigentes de Gimnasia en una gran apuesta le dieron esa tan difícil de conseguir primera oportunidad de Liga. Los comodorenses se la jugaban con un entrenador que recientemente había cumplido los 30 años, pero viéndolo trabajar varios años y conociendo sus capacidades era más difícil no jugársela que jugársela.

Tuvo su debut soñado metiendo a Gimnasia entre los cuatro mejores de la Fase Regular y siendo reconocido como el mejor entrenador. El éxito a veces es muy difícil de llevar, pero como una constante de su vida Casalánguida mostró mucha madurez para manejarlo y mantuvo su perfil de seriedad y humildad.

Si alguna frutilla del postre le faltaba a esa temporada 2008/09 era la citación de Sergio Hernández para sumarse a su cuerpo técnico en la selección Argentina.

Esa misma serenidad con que afrontó los éxitos le facilitó sobrellevar los malos momentos que llegaron en el segundo año sin realizar cambios bruscos y apostando a su línea de trabajo que a la larga le traería resultados. Gimnasia terminó esquivando el descenso y al año siguiente más aplomado como entrenador volvió a meter a su humilde equipo en los playoffs en lo que sería su último año en su club.

La temporada 2011/12 fue el momento de cerrar el ciclo en su ciudad natal y emigrar en buscas de nuevos desafíos. Ese reto se llamó Regatas Corrientes, un club que apostó por la proyección del entrenador pero que se llevó una verdadera sorpresa tras sus primeras charlas con el joven DT que los enamoró con sus conocimientos y pasión por el básquet.

Los que lo veían y compartían su trabajo a diario no dudaban de sus conocimientos, apostando además al trabajo permanente en las formativas y con él llegó el “Programa Cantera”.

Sin embargo con el público correntino no encontró feeling de entrada. En eso, esta etapa no difirió de las anteriores, él se ganó el respeto y admiración desde su trabajo y pasión hacia el mismo.

El cariño de muchos correntinos llega por los resultados, que no fueron pocos ya que también se consagró en la Liga Sudamericana 2012, y el Súper 8 2012, todos en el parque Mitre. Pero esos resultados no llegan porque sí, llegan por el trabajo, dedicación y la pasión con que Casalánguida vive el básquet.

Para muchos estar nuevamente en la selección, ahora con Julio Lamas, ser el técnico de la U19 de la Argentina camino a jugar un Mundial, y por supuesto ganar la Liga Nacional puede ser el techo, pero no para alguien con la ambición y ganas de progresar constantemente de Casalánguida. Seguramente de mantener esta línea de trabajo su ya exitosa carrera tendrá nuevo ciclos de estos capítulos o mejores aún, con él nunca se sabe cuál es su techo.  

Prensa Regatas

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