Indudablemente
uno de los actores principales de la obtención de la Liga Nacional de
Básquetbol de Regatas Corrientes es el técnico Nicolás Casalánguida. Un entrenador que vivió y se preparó para
esto. Su perfil en la pluma de Joaquín
Zurletti.
Nada
es casualidad en el momento profesional que atraviesa hoy a los 34 años. Desde
sus primeros años como entrenador no sólo mostró que tenía chapa para esto,
sino que siempre expuso una ambición por mejorar y capacitarse. Para aprender
no se conformó con las herramientas que la daba su universidad o su lugar
trabajo, siempre fue por más. Obviamente que no sólo es un trabajador, es un
apasionado de esto que se formó para vivir esta actualidad y que por su apetito
profesional seguramente irá por más.
Claramente
hablamos de Nicolás Casalánguida, el
conductor de este Regatas Corrientes campeón
de la Liga Nacional
de Básquetbol 2012/13. Este entrenador tuvo un vertiginoso ascenso en su
carrera y comenzó a trabajar en las grandes ligas desde muy joven, sin embargo nada le cayó de arriba,
todo fue ganado con trabajo.
Mientras
estudiaba Educación Física en Córdoba y quemaba sus últimos cartuchos como
jugador (era un base muy fantasioso y tal vez no tenga lugar en sus equipos) en
los torneos locales de “La Docta ”
vistiendo las camisetas de Barrio Parque
o Maipú, Casalánguida tuvo su primer equipo a cargo. Con unos precoces 20
años comenzó a dirigir el equipo femenino del Club Rieles y dio inicio a su trayectoria como entrenador.
Luego
tomaría las Formativas de Maipú (su
casa en Córdoba) y tras unos años como asistente de Martín López en la
Primera de dicho club tomó una decisión vital en su carrera.
En el 2003 puso fin a su etapa en la provincia mediterránea y volvió a su
Comodoro natal para sumarse al equipo de trabajo de Enrique Tolcachier en su Gimnasia
y Esgrima.
En
el Verde también se tuvo que hacer desde abajo, y se inicio como profesor de
los equipos “B” de las inferiores y haciéndose cargo de los chicos de
iniciación. Igualmente en paralelo a sus responsabilidades y cargos, él
continúo su capacitación colaborando permanentemente con el cuerpo técnico de
Liga Nacional y emprendiendo el primero de los varios viajes a Europa para
capacitarse y presenciar el trabajo de reconocidos entrenadores.
Con
el correr de los años, “Nico” fue escalando dentro de sus funciones dentro de
Gimnasia, pero ni cuando pasó a integrar el cuerpo técnico de Liga con Fernando Duró dejó de invertir su
tiempo (llámese vacaciones) y dinero (llámese sueldos) en viajar para continuar
sus capacitaciones.
Vivía
con tanta dedicación y amor por lo que hacía que en algunos viajes de la Liga Patagónica mientras dormía se lo ha llegado
a escuchar murmurar muchos términos bien de esto como step, push o rojo.
Duró fue
sin lugar a dudas el entrenador que más influyó en su carrera. Fernando no se
sintió amenazado por un joven con una capacidad y predisposición al trabajo
asombrosa, sino que como gran profesional supo aprovecharlo y delegando más
responsabilidades que fueron terminando de moldear a Casalánguida como un entrenador de Liga “A”.
Cuando
Duró dio fin a su exitoso ciclo en
el sur, los dirigentes de Gimnasia en
una gran apuesta le dieron esa tan difícil de conseguir primera oportunidad de
Liga. Los comodorenses se la jugaban con un entrenador que recientemente había
cumplido los 30 años, pero viéndolo trabajar varios años y conociendo sus
capacidades era más difícil no jugársela que jugársela.
Tuvo
su debut soñado metiendo a Gimnasia entre los cuatro mejores de la Fase Regular y siendo
reconocido como el mejor entrenador. El éxito a veces es muy difícil de llevar,
pero como una constante de su vida Casalánguida mostró mucha madurez para manejarlo
y mantuvo su perfil de seriedad y humildad.
Si
alguna frutilla del postre le faltaba a esa temporada 2008/09 era la citación
de Sergio Hernández para sumarse a
su cuerpo técnico en la selección Argentina.
Esa
misma serenidad con que afrontó los éxitos le facilitó sobrellevar los malos
momentos que llegaron en el segundo año sin realizar cambios bruscos y
apostando a su línea de trabajo que a la larga le traería resultados. Gimnasia terminó esquivando el
descenso y al año siguiente más aplomado como entrenador volvió a meter a su
humilde equipo en los playoffs en lo que sería su último año en su club.
La
temporada 2011/12 fue el momento de cerrar el ciclo en su ciudad natal y
emigrar en buscas de nuevos desafíos. Ese reto se llamó Regatas Corrientes, un club que apostó por la proyección del
entrenador pero que se llevó una verdadera sorpresa tras sus primeras charlas con
el joven DT que los enamoró con sus conocimientos y pasión por el básquet.
Los
que lo veían y compartían su trabajo a diario no dudaban de sus conocimientos,
apostando además al trabajo permanente en las formativas y con él llegó el
“Programa Cantera”.
Sin
embargo con el público correntino no encontró feeling de entrada. En eso, esta etapa no difirió de las
anteriores, él se ganó el respeto y admiración desde su trabajo y pasión hacia
el mismo.
El
cariño de muchos correntinos llega por los resultados, que no fueron pocos ya
que también se consagró en la Liga Sudamericana 2012, y el Súper 8 2012, todos
en el parque Mitre. Pero esos resultados no llegan porque sí, llegan por el
trabajo, dedicación y la pasión con que Casalánguida
vive el básquet.
Para
muchos estar nuevamente en la selección, ahora con Julio Lamas, ser el técnico de la U 19 de la Argentina camino a jugar un Mundial, y por
supuesto ganar la Liga Nacional puede ser el techo, pero no para
alguien con la ambición y ganas de progresar constantemente de Casalánguida.
Seguramente de mantener esta línea de trabajo su ya exitosa carrera tendrá
nuevo ciclos de estos capítulos o mejores aún, con él nunca se sabe cuál es su
techo.
Prensa Regatas
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