Terminó la XXIV Edición del Juego de las Estrellas con tres ganadores: Leo Gutiérrez se quedó con el título en triples, William Graves con el de volcadas y los argentinos vencieron a los foráneos 87-78.
Hermoso cierre de espectáculo tuvo el XXIV Juego de las Estrellas de Mar del Plata que, se adelantó, el año que viene tendrá su gran fiesta de los 25 años también en la Feliz.
La segunda jornada arrancó con musical de Pier y la final del torneo de triples entre los compañeros de equipo Leo Gutiérrez y Selem Safar. Leo fue el primero y le metió mucha presión al escolta al anotar 20 puntos.
Selem hizo una buena serie, pero no cerró bien en los dos últimos carros y se quedó con 18 puntos, dejándole a Leo la posibilidad de festejar por primera vez un campeonato de este tipo, en el que nunca le había ido bien.
En el entretiempo llegó el turno de las volcadas, con cuatro semifinalistas que rápidamente formaron dos grupos: el que iba por el título (Aguerre y Graves) y los que verían la definición desde afuera (Giorgetti y DeGroat).
El alero de Estudiantes no tuvo suerte en un par de volcadas que había preparado y el título quedó en manos del hombre de Boca, que realizó la mejor de la noche con la colaboración de su compañero Larry O´Bannon: pase paralelo a la línea de fondo haciando rebotar la pelota en el canto del aro y volcada hacia atrás de Graves. Tremendo. Fue 99-87 el puntaje final de la serie decisiva.
El plato fuerte, el más serio en cuanto a las ganas de ganar que pusieron los protagonistas, volvió a ser el duelo argentinos-extranjeros, que volvió a manos de los criollos tras perder feo el año pasado.
Fue 87-78 con 21 puntos y 5/7 triples de Paolo Quinteros, el goleador del partido, muy enchufado en todo el encuentro con su lanzamiento exterior. Los argentinos sacaron ventajas de entrada, pero no fueron suficientemente consistentes para mantenerla y en el último cuarto las cosas se les complicaron bastante.
De todos modos, algún robo clave de Campazzo (otra de las figuras), más la puntería de Quinteros, las asistencias y el control de Pepe Sánchez y una seguidilla de buenas defensas le dieron el triunfo a los de Hernández.
Especialmente emotiva fue la salida de Juan Espil en el último cuarto, ovacionado por la gente y con Juan señalando a su familia y diciendo "se terminó". Este fue su último juego y quizá también la última vez que pise el Poli, salvo que Estudiantes juegue playoffs contra Peñarol o Quilmes por la Liga. Juan ya decidió que ésta será su última temporada, con 44 años fantásticamente llevados.
Gran partido de Pittman en los extranjeros y fiesta generalizada, más allá del resultado, por el espectáculo asegurado que otorga el Juego y un estadio como el Poli.
La segunda jornada arrancó con musical de Pier y la final del torneo de triples entre los compañeros de equipo Leo Gutiérrez y Selem Safar. Leo fue el primero y le metió mucha presión al escolta al anotar 20 puntos.
Selem hizo una buena serie, pero no cerró bien en los dos últimos carros y se quedó con 18 puntos, dejándole a Leo la posibilidad de festejar por primera vez un campeonato de este tipo, en el que nunca le había ido bien.
En el entretiempo llegó el turno de las volcadas, con cuatro semifinalistas que rápidamente formaron dos grupos: el que iba por el título (Aguerre y Graves) y los que verían la definición desde afuera (Giorgetti y DeGroat).
El alero de Estudiantes no tuvo suerte en un par de volcadas que había preparado y el título quedó en manos del hombre de Boca, que realizó la mejor de la noche con la colaboración de su compañero Larry O´Bannon: pase paralelo a la línea de fondo haciando rebotar la pelota en el canto del aro y volcada hacia atrás de Graves. Tremendo. Fue 99-87 el puntaje final de la serie decisiva.
El plato fuerte, el más serio en cuanto a las ganas de ganar que pusieron los protagonistas, volvió a ser el duelo argentinos-extranjeros, que volvió a manos de los criollos tras perder feo el año pasado.
Fue 87-78 con 21 puntos y 5/7 triples de Paolo Quinteros, el goleador del partido, muy enchufado en todo el encuentro con su lanzamiento exterior. Los argentinos sacaron ventajas de entrada, pero no fueron suficientemente consistentes para mantenerla y en el último cuarto las cosas se les complicaron bastante.
De todos modos, algún robo clave de Campazzo (otra de las figuras), más la puntería de Quinteros, las asistencias y el control de Pepe Sánchez y una seguidilla de buenas defensas le dieron el triunfo a los de Hernández.
Especialmente emotiva fue la salida de Juan Espil en el último cuarto, ovacionado por la gente y con Juan señalando a su familia y diciendo "se terminó". Este fue su último juego y quizá también la última vez que pise el Poli, salvo que Estudiantes juegue playoffs contra Peñarol o Quilmes por la Liga. Juan ya decidió que ésta será su última temporada, con 44 años fantásticamente llevados.
Gran partido de Pittman en los extranjeros y fiesta generalizada, más allá del resultado, por el espectáculo asegurado que otorga el Juego y un estadio como el Poli.
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