En definitiva, Quilmes le ganó sin problemas a San Martín de Corrientes por 101 a 68 y si mañana repite el resultado conseguirá el objetivo de regresar a la máxima categoría de nuestro básquet.
Con un primer cuarto de ensueño, con una producción colectiva e individual de lo mejor de la temporada, Quilmes dejó en ridículo a su rival y sacó una diferencia impensada por como venía el desarrollo de esta final. Difícil de explicar el comienzo del encuentro, principalmente porque Quilmes tomó una ventaja inicial de 11 a 4 cuando San Martín tuvo muy buenas ofensivas. Pero la baja efectividad de la visita y el fervor del local posibilitaron que a pesar de esa situación de juego Quilmes se quedara con la delantera.
Ese impulso inicial de tiros bien tomados, pero errados, por el equipo correntino fue ideal para agregarle defensa y muchos recuperos de balón de la mano de Eseverri. El combo fue ideal porque además le agregó básquet de alto vuelo en la ofensiva y con todos sus jugadores aportando gol, el local quedó arriba 22 a 6. Así, aprovechando los porcentajes casi perfectos y sin hacerse mucho problema por la defensa sobre Hopson, Quilmes cerró el primer cuarto con un sorpresivo 34 a 17.
Como si fuera poco los relevos no desentonaron y la intensidad se mantuvo. Además Quilmes controló mucho mejor el rebote en su propio canasto, que fue el déficit en los primeros dos partidos. Un pequeño bache acercó un poco a San Martín con un parcial de 8 a 0 a través de los puntos de Glover desde la línea y las penetraciones de Saad. Pero Quilmes estuvo muy concentrado, Pomare y Espinoza no dejaron que Ramírez Barrios tocara la pelota, Hopson hizo estragos cada vez que se lo propuso, y con una gran ovación el equipo de Maffei se fue al descanso largo con el partido virtualmente definido, 62 a 34.
Y así fue, porque el complemento estuvo de más. Quilmes jugó como si el partido estuviera igualado y nunca bajó la concentración. Metió un parcial inicial en el tercer cuarto de 14 a 3 y demolió al rival, 76 a 37. Una verdadera paliza, atípica para un partido de estas características. San Martín intentó defender más duro, jugar al límite de la falta y el refuerzo para esta final, Ariel Pau, convirtió un par de triples. Un parcial de 14 a 0 fue el amague de una reacción, pero igualmente la ventaja ya era muy importante y al cuarto final entraron, 76 a 51. Un par de dobles de Pomare, por si hacía falta, sirvieron para calmar ese buen pasaje de la visita.
Y Quilmes disfrutó de allí y hasta el final de un resultado que definió con un excelente primer cuarto y con uno de sus mejores rendimientos en lo que va de la temporada. Venció con total amplitud por 101 a 68 y ahora solamente le resta ganar mañana para volver a la Liga Nacional.
Quilmes 101 (34+28+14+25): Capitanich 5, Eseverri 7, Peralta 4, Alessio 5, Sepúlveda 17, Ferreyra 11, Piñero 2, Hopson 22, Iturrioz 3, Pomare 18. DT: Daniel Maffei
San Martín 68 (17+17+17+17): Rodríguez 5, Pau 11, Elías Saad 9, Olmedo 3, Iglesias 0, Abbadie 4, Ramírez Barrios 2, Cerutti 0, Castiñeira 12, Glover 13. DT: Ariel Rearte.
Lugar: Estadio Once Unidos.
Árbitros: Dinamarca - Trías - Salguero.
Lugar: Estadio Once Unidos.
Árbitros: Dinamarca - Trías - Salguero.
La Capital - MdP
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